Las mejores horquillas

EMBALSE DE CAP-DE-LONG //

La carretera que asciende a Cap-de-Long es un desvío que permite abandonar el valle del río Aure, por lo que para llegar hasta el comienzo lo más probable es que remontemos el valle, sobre todo si venimos pedaleando. Es verdad que se puede acceder desde el norte, a través del túnel de Bielsa, pero ese acceso está vedado a bicicletas.

La primera parte es una mera aproximación, ya que la subida va a comenzar una vez que abandonemos el valle, por el que transcurre una de las pocas carreteras llanas de la zona. Por el camino vemos Pla d’Adet y otras ascensiones que son, a su vez, otros desvíos desde el fondo del valle: Aspin, Hourquette d’Ancizan, Pla d’Adet, Col de Portet, Piau-Engaly… todas estas por la ladera derecha. Por la izquierda, según subimos, podemos escapar del valle por el col d’Azet o ascender hasta el valle de Rioumanjou. Incluso el acceso a la boca norte del túnel transfronterizo puede considerarse una ascensión de cierto pedigrí.

Aunque venimos subiendo desde Arreau, para mí la ascensión va a comenzar  después de esos primeros 18 kms. Kilómetros que, en todo caso, tienen una pendiente media del 2 o 3%, pero con algún kilómetro completo al 5% entre los pueblos de Eget-Cité y Fabian. A partir del desvío -que no implica cambio de carretera porque vamos a seguir en la misma D929- nos quedan 13,5 km en los que aún hay que remontar más de 1000 metros de desnivel. Es una ascensión bastante constante, pues no vamos a encontrar un descanso apreciable hasta que pasemos el puente sobre el torrente de Estaragne, ya casi al final. La media total es del 7,76%, y el kilómetro que se encuentra a la altura del desvío a lago de Orédon tiene un pendiente del 9,8%. Los 5 kilómetros más empinados están en esa misma zona con una respetable dureza: un 8,2%.

Pese a esas cifras propias de un hors catégorie no ha sido -ni será, previsiblemente- meta del tour de Francia. Obviamente no es un puerto de paso y arriba no hay espacio para la infraestructura que necesita la meta de la carrera. Y, ¿sabéis qué?, casi mejor que siga así. Y no es que se trate de una ascensión secreta, pues vamos a encontrarnos en ella bastantes coches de excursionistas que parten desde alguno de los aparcamientos a recorrer la reserva de Neouvielle, una de las partes más salvajes y espectaculares de los Pirineos. Arriba hay una pequeña escuela de escalada y también vamos a encontrarnos con motos, campers y autocaravanas por motivos obvios. Es una carretera estrecha, ya lo véis, y el cruce de dos coches -ya no digamos autocaravanas- resulta problemático en algunos puntos.

Estamos de camino al embalse más grande del departamento de Hautes Pyrénées, con 130 metros de profundidad y una capacidad nominal de 67 millones de metros cúbicos. La presa, que se construyó entre 1950 y 1953, no solo almacena el agua que le llega desde más arriba, sino que una estación de bombeo situada bajo la central de Pragneres -que está en la carretera que va a Gavarnie desde Luz-Saint-Sauveur- eleva el agua que se recoge en la zona de Luz-Ardiden. Otra planta de bombeo, situada en la Glére, transporta el agua que se hace subir desde los pequeños embalses de Coubous y Aygues-Cluses, en la zona de Barèges. Para alimentar el embalse, 40 kms de galerías recorren el interior de las montañas. El agua que se almacena en Cap-de-Long se deja caer por una tubería de 10 km hasta la central de Pragneres para producir electricidad.

En realidad la presa lo que hizo fue aumentar la capacidad de unos lagos -el de Aumar y el de Orèdon- que ya se utilizaban como embalses desde principios del siglo XX. La construcción de la presa, de un centenar de metros de altura, unió los dos pequeños lagos que antes existían -el de Cap-de-Long y el de Loustalat- y aumentó la capacidad desde los 7 millones de m3 de entonces hasta los 67 actuales. Es por eso que Cap-de-Long es un lago, pero es también un embalse.

El hecho de que los lagos se utilizaran como reservas de agua desde 1901 explica el trazado de la carretera, pues, como revela el diseño y los muros de las curvas, la ruta no se construyó para las obras de los años cincuenta, sino que es anterior. Eso es lo que ha generado algunas de las sucesiones de horquillas más deliciosas que conozco. Una carretera de 1950 no habría producido líneas como la de los Lacets des Edelweiss, que vieron pasar una y otra vez a los más de 6.000 trabajadores que se emplearon en la construcción del embalse.

Vista en perspectiva es una subida fabulosa: es verdad que en la primera parte uno está un poco tapado por el bosque y es apenas consciente del lugar que está atravesando. Pero todo cambia a partir de las horquillas. No es solo que la propia carretera sea un espectáculo, sino que a partir de aquí nos da acceso a un valle alto, de una belleza serena y majestuosa. No en vano estamos a más de 2.000 metros de altitud, cifras reservadas a gigantes de la zona como el Tourmalet -una excepción pues es un puerto de paso-, Portet, Tentes, sobre Gavarnie, o el circo de Troumouse. Pero eso serán otras historias y otros vídeos.

NombreVertienteAltitud (m)Longitud (km)Desnivel (m)Pendiente (%)
EMBALSE DE CAP-DE-LONGFabian2.17213,51.0487,76

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