Mucho más que una cascada

COLLADO DEL ASÓN, PORTILLO DE LA SÍA //

Los que me conocen -más incluso que los que siguen mis vídeos- saben que soy muy de Kavafis, sobre todo un fragmento del Camino a Ítaca que dice

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.

Es más que probable que Kavafis se refiera a puertos marítimos, pero se lo vamos a perdonar. Acordaos de él cuando lleguemos a la cima de La Sía, porque en el mirador de arriba están grabados los versos de otro poeta.

Si por algo es conocida esta carretera es porque lleva al espectacular nacimiento del río Asón, cuyo curso vamos a remontar hasta su origen. Primero con él a nuestra izquierda y poco después, a la altura del desvío al barrio de Val del Asón, lo cruzaremos por un puente para dejarlo a nuestra derecha en lo que queda de ascensión.

Asón pueblo, para entendernos, es el único barrio de Soba que se encuentra dentro del Parque Natural de los Collados del Asón, caracterizado por sus afloramientos calizos, praderías de altura, hayedos y algunos restos de encinar cantábrico.

Lo mismo que sucede en Estacas de Trueba nos encontramos con un valle labrado por un glaciar. De ello dan cuenta esas laderas tan verticales, separadas entre sí por un fondo plano, y el hecho de que el valle esté completamente cerrado por uno de los extremos. De hecho, vamos a ver cómo la carretera se retuerce en el tramo que llega al collado para remontar esa ladera del cierre.

De hecho, el valle original debía venir desde el Portillo de la Sía, pero la erosión posterior del río Gándara -cuyo curso vamos a dejar a nuestra izquierda cuando enlacemos un collado con otro- cortó el cauce. Luego el actual río Asón, que nace en esa cascada espectacular, ocuparía el espacio disponible para discurrir y encontrarse con su afluente el Gándara. Todo este espectáculo de paisaje pertenece a un único municipio, el extensísimo ayuntamiento del Valle de Soba. Si tuviera que confinarme en un límite municipal, éste sería uno de los candidatos.

Dice la leyenda que el salto, con 70 metros de altura, no es solo el nacimiento del río Asón, sino que es la cabellera plateada de una Anjana, un personaje de la mitología cántabra.

Desde la cascada hasta el mar Cantábrico, cerca de Santoña, va a recorrer 44 kilómetros. En su desembocadura forma la ría de Limpias. Antes de llegar al mar recibe por su derecha el aporte del Gándara, a la altura de Ramales de la Victoria. De ahí en adelante se convierte en uno de los principales ríos salmoneros de la región.

Llega un momento en el que debemos plantearnos si se trata de un único puerto o de una concatenación de subidas. ¿Tiene La Sía entidad por sí misma al margen del Collado del Asón? Por supuesto. Más aún cuando uno puede llegar a este comienzo desde Ramales a través del valle del Gándara. Pero lo cierto es que es una sucesión de subidas que tiene mucho sentido. No solo porque una comienza donde termina la otra, sino porque La Sía es la segunda parte de esa película fantástica que hemos comenzado remontando el valle del Asón. Queda atrás la cascada y el valle cerrado, y ahora, ya subidos a un escalón, solo queda llegar al paso que conecta el valle de Soba con la zona pasiega. Para ello, hay que cruzar por esa sierra sembrada de aerogeneradores.

Este tramo es más abierto, y eso hace que el trazado no sea tan obvio. Para superar las laderas nos dirigimos hacia el este por la carretera 665. Llegado un momento, siempre bajo la vigilancia de los aerogeneradores, tras una curva de herradura, solo nos faltará por recorrer un último kilómetro para llegar al paso. Será el momento de disfrutar de las vistas más amplias: fácilmente distinguimos el Collado del Asón, por el que hemos accedido a la parte alta del valle del río Gánadara, que se extiende ya a nuestros pies. Es el momento de que los amantes de los números recuerden el perfil. Tras 20 kilómetros de ascensión, el tramo más duro es el último.

Y que recuerden también que hablamos de los versos de otro poeta, grabados en el mirador de la cima. Son de Gerardo Diego y, por lo visto, no tuvo un día tan despejado como nosotros. 

NIEBLA EN LA SÍA, de Gerardo Diego

Niebla, Niebla en la Sía,
la clara nitidez del valle idílico
los oscuros, concretos cagigales
de Quintana y La Gándara
quedan abajo inmersos como en un sueño.
El corazón se ensancha según sube
la ruta pedregosa. Este camino,
cuando sólo era senda de pastores
fué hollado por la planta infatigable de
mi padre zagal.
Ahora no veo,
a un lado y otro,
detrás, delante, sino vedijas
de la madrastra, de la borradora
que disuelve la luz y niega el cielo.

NombreVertienteAltitud (m)Longitud (km)Desnivel (m)Pendiente (%)
PORTILLO DE LA SÍAArredondo1.26320,51.1635,67

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